La industria automotriz y el cine siempre han tenido una gran unión, ya que es fácil pensar en modelos icónicos de la pantalla grande; desde máquinas del tiempo hasta vehículos de combate, muchos autos han sido protagonistas de grandes historias, pero para ser el rey se necesita sangre azul.
Ya sea recorriendo un parque jurásico, tenido un amor de verano, cumpliendo nuestra necesidad por velocidad o siendo el vehículo oficial de la realeza de Genovia, Ford ha protagonizado épicos relatos y aventuras. Con más de 10 mil apariciones en la pantalla grande, la firma del óvalo azul ha acompañado a generaciones a través de los tiempos llevando risas, emoción y adrenalina.
Por su parte, Lincoln no se queda atrás, la marca de lujo con más de 100 años de existencia ha sido digno vehículo de caballeros de la noche, así como un fiel acompañante del mejor espía de la historia, incluso la saga más futurista, de la mano de aquel Lincoln Continental, nos hizo querer romper con las normas, salir de la simulación y salvar el mundo.
En esta temporada de premios del séptimo arte, recordamos a esos grandes protagonistas de cuatro ruedas que, gracias a su increíble desempeño y preparación actoral forman parte de la infancia y adultez de muchas personas. Cómo olvidar aquellos tiempos en los que el cine mudo de los Keystone Cops y su mítico Ford Model T, provocaba sonrisas y carcajadas en el público.
Sin importar el momento, el rey Ford, Lincoln y el cine son una gran combinación. La firma del óvalo azul siempre nos ha sorprendido y enamorado. Pasión por la velocidad, carácter, innovación y éxito, son solo algunas palabras que describen un legado e historia únicos que ahora y siempre seguirán cautivando al público porque “los finales felices son historias sin acabar.”