Actualidad del mercado y efecto látigo
Hoy en día, dentro de las cadenas de suministro, la incertidumbre sigue teniendo una gran relevancia en todo el mundo, y durante las últimas semanas ha destacado el alto nivel de inventario con el que algunas empresas minoristas están lidiando. En este contexto, el integrador logístico A.P. Moller – Maersk ofrece una perspectiva de lo que está sucediendo en el sector logístico, el «efecto látigo» en la cadena de suministro y las formas de minimizar o superar algunas de las incertidumbres.
Actualidad del mercado
Los minoristas están sobrecargados de inventario, con un incremento de 40% del catálogo respecto al año pasado. La demanda se ha ido recuperando lentamente, especialmente para productos como abarrotes, belleza y cosméticos, artículos de primera necesidad para el hogar y categorías de temporada como el verano y el regreso a clases. Sin embargo, los almacenes están saturados, y conforme llegan nuevos productos, los minoristas necesitan idear estrategias para deshacerse de los excedentes, lo que, a su vez, tiene un impacto negativo en sus márgenes. Los minoristas más reconocidos de EU ya han anunciado que las ganancias se verán afectadas a corto plazo mientras intentan mantener sus niveles de inventario en línea con la demanda del mercado.
De acuerdo con GS1 México, en el país el desabasto de mercancías del sector minorista llegó a un 3.5% en el primer semestre de 2022 y suma pérdidas por 6 mil 600 millones de pesos. Las principales causas del desabasto son: el producto se queda en la bodega (1.27%); stock insuficiente (0.78%); no hay pedido de resurtido local (0.58%) y la mercancía no está catalogada (0.34%).
A medida que se recupera la normalidad, también lo hacen la vida social y los servicios en detrimento de los productos de vivienda y home office. El gasto en restaurantes y bares aumentó casi en un 20% en marzo, según el departamento de comercio de EE.UU. alcanzando un récord de 8.6 billones de dólares.
En México el consumo relacionado con turismo y viajes sigue en plena recuperación, con una ocupación superior al 100% respecto a 2019 en destino de playa, y de casi 90% en destinos de ciudad; esto, de acuerdo con estimaciones de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex).
Efecto látigo
Estos últimos años el mundo ha visto que la adaptabilidad es crucial y la cadena de suministro no es la excepción. Los vendedores han sido testigos de cambios en la demanda, aumentos en el inventario, cambios en los hábitos de los compradores; todo esto de manera desproporcionada y haciendo de la cadena de suministro un mundo resistente. Eso ahora se llama efecto látigo y es más común en la industria logística, causando grandes retrasos.
El sector logístico ha tratado de responder a las interrupciones de la demanda y las empresas han enfrentado pérdidas de ingresos por artículos agotados y márgenes reducidos por descuentos en artículos con exceso de existencias.
El efecto látigo proviene de los repentinos picos y caídas de la demanda. Muchas partes interesadas están involucradas en la cadena de suministro, lo que abre oportunidades para reacciones irregulares a los repentinos cambios en la demanda. Las ineficiencias, la falta de comunicación y los retrasos entre las múltiples partes provocan estas interrupciones, lo que genera más reacciones al tratar de estabilizar la cadena de suministro.
Las suspensiones de los puertos y los cierres de fábricas han hecho que los minoristas adelanten sus compras para tener suficiente inventario. Parte de este inventario todavía está acumulado en los almacenes.
Algunas alternativas para minimizar el efecto látigo son:
Investigar y aprender por qué ocurren los cambios en la demanda y su contexto.
Minimizar la complejidad en la cadena de suministro por medio de una mejor comunicación que permita respuestas fluidas y continuas.
Comprender y mejorar la visibilidad del inventario.
Disminuir los plazos de entrega: la automatización y la localización son dos soluciones clave para que el inventario fluya en los almacenes.
Estas acciones no eliminarán el efecto látigo, pero lo minimizan. Es imposible predecir un cambio en el comportamiento de los clientes y su impacto en el mercado. La motivación es intentar que los almacenes sean lo más eficientes, ágiles y rentables posible.