El día 15 de mayo se celebra el Día del Maestro en México. Todos tenemos a algún maestro que marcó nuestra vida e influyó en nuestro desarrollo humano de alguna manera, ya sea a través de sus enseñanzas académicas, su apoyo a nuestro desarrollo como personas, o con su ejemplo de vida.
Para el CEO de Toyota, Akio Toyoda, y para la marca en general, uno de esos maestros inolvidables fue Hiromu Naruse.
Naruse comenzó sus días en Toyota en 1963 como mecánico temporal durante la época de oro del automovilismo japonés, y pronto fue reclutado para trabajar en el departamento de ingeniería.
Algunos años después, Toyota comenzó a probar uno de sus primeros prototipos de auto de carreras: el Toyota 7. Naruse lo testeaba y pronto, adquirió el hábito constante de tocar y mover cosas dentro del auto hasta que éste quedara bien, costumbre que lo siguió a lo largo de su carrera. Esto provocó que Naruse tuviera un entendimiento casi instintivo del comportamiento y la dinámica de los vehículos que Toyota construía.
Naruse constantemente sugería cambios para el desarrollo óptimo de los vehículos y muchas veces realizaba estas mejoras él mismo. Él creía que la ingeniería de Toyota era lo suficientemente distintiva como para ser reconocida en todos los autos de la línea, en elementos como el sentimiento de la dirección y la responsividad del auto, e insistía al equipo de producción el hacer los cambios que fueran necesarios para poder lograr este propósito.
Hiromu Naruse se volvió un elemento muy importante en el desarrollo de autos Toyota, trabajando de cerca con los ingenieros para el desarrollo de los automóviles y probaba los prototipos en las pistas por horas al día junto al resto del equipo de pilotos de prueba. El creía que un auto debía de ser muy seguro para que su conductor pueda pensar en el manejo del auto más que en la seguridad del mismo, y esta era su meta a la hora de probar los autos.
Este Master Driver tenía una cercana relación con su equipo y con miembros de la compañía, quienes lo recuerdan como un trabajador extremadamente dedicado, un conductor nato, y una guía incuestionable para muchos de ellos. Entre las personas que lo consideran un gran maestro y una parte muy importante de Toyota se encuentra el CEO de la marca, Akio Toyoda.
Akio Toyoda se convertiría en uno de sus discípulos en el 2000, cuando regresó de una temporada en Estados Unidos donde se preparaba para asumir la presidencia de Toyota. Toyoda se reunió con Naruse a sugerencia de su padre, el entonces presidente de Toyota Shoichiro Toyoda, y una de las primeras cosas que Naruse le dijo a Toyoda fue que no quería que alguien que no sabía manejar.
Akio tomó esto como una invitación a aprender a manejar y Naruse se volvió su maestro, y los dos hombres se volvieron inseparables. Naruse le enseñó a Toyoda a frenar el auto, a escapar de un auto volcado y a cómo mantener el control del mismo sobre el hielo. Conforme Toyoda aprendía más y su interés por el automovilismo se volvía más fuerte, Naruse comenzó a llevarlo a conducir caminos de prueba por todo Japón.
Esta relación entre piloto y presidente resultó ser extremadamente beneficiosa para ambos, pues Toyoda adquirió experiencia práctica en las pistas, así como un profundo conocimiento sobre el automovilismo y sobre los autos que fabrica Toyota. Por su parte, Naruse obtuvo el apoyo corporativo que necesitaba para poder seguir su sueño de crear un auto competitivo que pudiera superar a los europeos que dominaban este campo.
Juntos fundaron Gazoo Racing, con el propósito de que los empleados Toyota adquirieran experiencia detrás del volante para poder después usarla en sus áreas.
Hisoshe Naruse murió en 2010, al terminar una prueba del Lexus LFA en la pista de Nürburgring, en Alemania. Tenía 67 años y al tiempo de su muerte, era líder de los pilotos de prueba de Toyota y una leyenda de la marca. En su funeral, Akio Toyoda dio la eulogía y en Nürburgring se plantó un árbol de cerezo llorón y un árbol cerezo alemán en su memoria.
«El camino nos forja, y nosotros hacemos autos basados en lo que nos enseñan los caminos», dijo Akio Toyoda en 2012, recordando las enseñanzas de su gran maestro Naruse.