Con la llegada de los sistemas electrónicos de inyección de combustible a los vehículos, en sustitución de los antiguos carburadores, los motores elevaron su eficiencia tanto de consumo como de una mayor potencia con la misma cilindrada, lo que permitió ofrecer un mejor manejo con menor consumo de combustible y menores emisiones contaminantes, ya que los inyectores permiten dosificar con mucha exactitud el combustible que entra a cada cilindro.
Posteriormente se desarrolló también el sistema de inyección directa, en el que los inyectores no están detrás de las válvulas de admisión de los cilindros, sino que van directamente dentro de cada cilindro; este avance permite dosificar aún mejor el combustible, así como una entrada mayor de aire al cilindro, lo que se traduce en mayor eficiencia y potencia.
Pero estos sistemas requieren de cuidados para que su funcionamiento sea óptimo en todo momento. Se trata precisamente de mantener limpios los conductos y los inyectores para que dosifiquen bien el combustible que se entrega al motor en todo momento.
Las gasolinas normalmente tienen residuos que se van acumulando con el tiempo, sobre todo en los tanques de almacenamiento de refinerías, los ductos por los que circula y el almacenamiento en los distribuidores, y más en lugares como México en donde hay menores controles de calidad. También es común que haya agua mezclada, pero no porque los distribuidores la agreguen buscando una mayor ganancia, muchas veces es la misma humedad del ambiente que se llega a mezclar con el combustible.
Todo esto puede hacer que esos residuos se vayan acumulando en el tanque de combustible del vehículo, los ductos hacia el motor y los inyectores de combustible, ocasionando que no se pueda entregar el flujo previsto y por ende la inyección del combustible al motor sea deficiente.
Para resolver esto, se puede recurrir a un tratamiento limpiador de inyectores, de preferencia que cuente con una fórmula concentrada que pueda tratar hasta 95 litros de gasolina, limpiar los conductos y los inyectores, lubricar la parte superior de los cilindros y restaurar el patrón de rocío de los inyectores. Este tipo de tratamientos puede usarse cada vez que se cargue combustible o al menos una vez por mes para mantener limpio el sistema completo y los inyectores.
El uso suele ser muy sencillo, simplemente hay que agregar el contenido de la botella al tanque de combustible al momento de cargar en una gasolinera y listo, el tratamiento realizará su trabajo conforme vaya entrando a los ductos e inyectores. Esta clase de productos son seguros para todos los motores de inyección de gasolina y su uso regular previene la marcha inestable y jaloneos del motor por suciedad en los inyectores o ductos de combustible.
No hay que olvidar que la prevención es siempre la mejor alternativa para mantener los vehículos en buen estado. El uso de tratamientos para limpieza de inyectores previenen que se tengan que realizar costosas limpiezas de inyectores en laboratorio. Además, se tendrá una marcha más suave, junto con un mejor rendimiento del motor y menor consumo de combustible.
Por Manuel ‘Manny’ Gutiérrez, Director de Ventas Internacionales y Marketing de Sea Foam International