Tras un 2020 y 2021 complicados por COVID-19, y problemas ocasionados en diversos sectores tales como los paros en plantas de manufactura y la caída generalizada y persistente en las ventas, especialmente entre las empresas más pequeñas; la industria automotriz presentó este año una falta de semiconductores, dando como resultado muchos paros técnicos en la producción de vehículos y su subsecuente falta de inventarios. Pero como bien declara la AMIA (Asociación Mexicana de la Industria Automotriz), existen otros factores que impactan la producción de vehículos, como problemas de saturación en puertos nacionales e internacionales, dificultades logísticas de contenedores, entre otros.
Hay que recordar que en 2020, la industria automotriz contribuyó con alrededor del 2.6% del PIB, lo cual representó una ligera caída de 0.4 puntos porcentuales en comparación con 2019, cuando la participación del sector automovilístico en el PIB nacional alcanzó el 3.04%.
Debido a la problemática en la producción, el arrendamiento es una muy buena herramienta de financiamiento para usar vehículos sin necesidad de tenerlos que comprar y descapitalizar a las empresas. 2021 se presentó con muchos problemas de liquidez por la falta de actividad económica, seguido de una baja por parte de muchos sectores financieros principalmente, y eso ha hecho más difícil para muchas compañías, acceder a un financiamiento atractivo que les permita continuar operando y que sea funcional para ellos.
En este sentido, el arrendamiento permite hacer uso de un vehículo sin necesidad de pagar un fuerte enganche o ejercer un elevado gasto en la compra, sumado a que al término del plazo del arrendamiento, se puede optar por la alternativa de devolverla, renovarla o bien, de conservarla si es el deseo del cliente.
Esto les permite a las empresas tener las ventajas de aprovechar las unidades sin necesidad de comprarlas o absorber la depreciación, adicional a optimizar su deducción fiscal.
Desde pequeñas compañías hasta los grandes corporativos, pueden beneficiarse del arrendamiento vehicular como una estrategia de financiamiento y también para la administración de flotas con temas como el mantenimiento, tenencias, y asegurarse de cubrir todas sus obligaciones, tales como multas, verificaciones, entre otras.
Roberto Medina, Director de Finanzas en TIP México comentó: «Todas las empresas obtienen un gran beneficio con el arrendamiento vehicular y la administración de flota. Si hablamos de las grandes corporaciones, éstas pueden tener un control total sobre su flota vehicular y cumplir con sus obligaciones, sin tener que distraerse en otra cosa que no sea el crecimiento de su negocio. En cuanto a las PYMEs, funciona como excelente herramienta ya que permite no descapitalizarse y mantener el control de su flujo de efectivo».