En los años recientes se ha discutido ampliamente sobre los cambios en las formas de trabajo que traerá el avance de la tecnología, con la aplicación de la inteligencia artificial, machine learning y el potencial de las redes 5G aún en desarrollo en todo el mundo, así como los efectos que tendrán no solo en los productos al servicio de los usuarios, sino también en los procesos de manufactura. Sin embargo, situaciones como la actual nos dejan ver que son las personas la base de las compañías.
La crisis ocasionada por COVID-19 generó retos sin precedentes, tanto en lo laboral como en la salud física y emocional de los colaboradores y colaboradoras. Las áreas de Recursos Humanos mostraron en este contexto su rol estratégico en la sostenibilidad y supervivencia del negocio, pues su foco está en el principal activo de las organizaciones, las personas.
Más allá del llamado “salario emocional” que en los últimos años se ha convertido en una herramienta clave para Recursos Humanos, frente a esta pandemia fue necesario tomar medidas que protegieran la salud y seguridad de los colaboradores y colaboradoras.
Suspender la operación de las plantas de producción, que pudiera parecer impensable para cualquier compañía, fue una de las primeras acciones que nuestra compañía tomo en México frente a la pandemia, hicimos todo un cambio en la línea de producción cumpliendo con los protocolos recomendados por las autoridades sanitarias, para que el retorno fuera seguro para nuestros colaboradores y colaboradoras.
Estuvo también el reto de operar vía remota tareas administrativas y de servicio, asegurando una atención eficiente a los requerimientos de clientes, distribuidores y toda la cadena de suministro. Algunos lo hicieron de manera más ágil que otros, pero a un año y medio de distancia es parte de la cotidianidad de la operación.
Ahora que transitamos hacia la recuperación y nos preparamos para un escenario en el que podamos recobrar la presencialidad en combinación con algunas de las prácticas que pusimos en marcha durante los meses previos de confinamiento, el objetivo es mantener el bienestar entre los equipos de trabajo, así como su compromiso con la organización.
Hoy y en el futuro por venir no basta con el salario ni el reconocimiento que brinda un cargo. El talento actual busca ser valorado con aspectos como horarios flexibles, acceso a programas de especialización, actividades recreativas, programas de bienestar, interacción con talento global, facilidad para trabajar vía remota y paquetes atractivos de incentivos.
El verdadero desafío como líderes es establecer el enfoque correcto para las diferentes realidades. Esto se vería reflejado desde la motivación hasta los resultados esperados, manteniendo a los gerentes cerca de sus equipos, siempre desde una perspectiva flexible que permita a las personas desarrollarse en su nuevo entorno, lo cual ha llevado a obtener resultados sobresalientes. La combinación de diferentes estrategias implica también una estrecha comunicación entre las distintas ramas y equipos, el permanecer cerca unos de otros.
Las empresas deben estar convencidas de que la gente es nuestro recurso más valioso y, por esta razón, debemos implementar medidas necesarias para mantener su bienestar físico, psicológico y emocional durante y después de la emergencia sanitaria. El conjunto de las acciones que se lleven a cabo, tendrán como resultado mantener su operación y contribuirá la reactivación de la economía del país, al tiempo que velamos por el bienestar de nuestros colaboradores y colaboradoras.